Una de las pocas esperanzas para el Anime en 2014
Shigatsu Wa Kimi No Uso
Mi relación con el Anime se ha ido rompiendo con forme pasa el tiempo, tal situación ha avanzado tanto hasta el extremo de no querer ver ninguna serie nueva. En mi memoria perduran las imágenes imponentes y oscuras del Eva unidad 01, el terror de la Puerta de la Verdad abierta por Edward y Alphonse Elric, el perro de Alucard y el estado Mazoku de Yusuke Urameshi. No son historias perfectas pero, según las recuerdo, se le acercan mucho. Esta lejanía se debe a muchas razones qué algunos de ustedes han podido sentir con el lanzamiento en masa de series, ya sean cortas o largas. Con esto me refiero a la desbaratada historia de Naruto, la extrema censura de PUPA y el absurdo en que cayó Sword Art Online 2.
Tal vez el mundo ha cambiado y ya no desea historias complejas, series que quieran contar una historia sin enfocarse tanto en vender. No pienso en estas series anteriormente nombradas como una perdida total, —por algo han llamado tanto la atención al nuevo público— pero sí pienso en una disminución muy notable en cuanto a calidad argumentativa. Un anime debe poder sostenerse por si solo, lograr incrustarse en las memorias de quienes las siguieron con ansias. No pretendo realizar un análisis a fondo del nuevo Anime, ni mucho menos plantear una hipótesis sobre por qué este nuevo periodo falla. Mi intención es revelar una serie qué, sin querer exagerar, la pienso como una pequeña esperanza.
A modo de desafío, un compañero de la universidad me recomendó “Shigatsu Wa Kimi No Uso” afirmando que no todas las series nuevas son malas. Él sólo me dijo el nombre sin darme más detalles sobre con que me encontraría; acto que le agradezco mucho. En la mañana de hoy busqué la serie: ¿Qué es lo que veo? Me encuentro con una serie de colegiales, sí, y cuyo eje central es la música. Su opening me recuerda algo a los opening’s del 2008 que mezclan melodías acústicas con sonidos electrónicos pero que aun conservan toques del antiguo anime. Viendo esto comienzo a especular cómo se llevara acabo el argumento, la personalidad de sus protagonistas y los problemas que estos deberán afrontar a lo largo de la historia. ¡Pues no! “Shigatsu Wa Kimi No Uso” logra romper con esa predisposición y me engancha con su primer capítulo.
La serie se desarrolla (hasta ahora cuarto capítulo) en cuatro personajes muy interesantes. Un chico medio traumatizado por su pasado, su mejor amiga que pensamos tiene sentimientos por este, un amigo del deprimido cuya fama con las mujeres es demasiado amplia y una extraña chica que toca el violín. Arima es un joven de 14 años cuya relación con el piano le es impuesta por su madre desde muy joven. Pero esta lleva a su hijo a tal punto de no querer tocarlo jamás, pues debido a una crisis psicológica ya no puede escuchar lo que toca. Sawabe, Mejor amiga del protagonista, es como una especie de hermana mayor —definida así por Arima y ella misma— quien siempre está apoyando al joven pianista a lo largo de la historia. Watari es el Don Juan de la serie, siempre está saliendo con alguna chica, pues, es muy popular por su habilidad en los deportes, su personalidad carismática y su físico. Y por ultimo Kaori Miyazono, una violinista muy talentosa y rebelde a la hora de seguir las partituras ya que le gusta ser espontanea y seguir su instinto a la hora de interpretar un instrumento.
Los escenarios son muy detallados, iluminados y coloridos pero cuidan de no quitar atención a los protagonistas, el diseño de los personajes es algo típico, cuerpos delgados y rostros picudos, lo que resalto de estos son sus ojos y labios que buscan un mejor detalle sin afectar la estética sencilla de estos. La ambientación musical es armoniosa entre las circunstancias/escenarios/personajes. Me gusta el juego de los colores y la felicidad en contraste con la melancolía y los ambientes poco iluminados a los que se les atribuye a Arima.
Soy consciente que estos aspectos no son únicos, los hemos visto en muchos animes de la misma temática a lo largo del tiempo. Lo que si me llama mucho la atención es la perfección de la animación cuando los personajes ejecutan las canciones. Es sumamente sorprendente escuchar y apreciar como se mecen los cuerpos, en especial las manos sobre el piano y el diapasón del violín. Tal sensación me recuerda a las escenas del piano en “Evangelion Rebuild 3.33”. No solo hablo de la fluidez de los fotogramas y la digitación de los instrumentos, también me refiero a la expresión corporal de quienes interpretan las canciones. Cabe resaltar que este Anime no se centra en cualquier tipo de música, su eje central es la música clásica.
Escucharemos grandes piezas de Beethoven, J.S Bach, entre muchos grandes. Lo innovador es la parte de la improvisación, pues Kaori es la primera en ofrecernos una versión suya de “kreutzer” pieza de Beethoven. Ella, en un acto de rebeldía y genialidad, decide cambiar la partitura a conveniencia suya logrando una explosión de emociones. Esto no me lo esperaba. Algo que debo mencionar, es la animación de los extras, pues no se ven animadas sus ejecuciones con el violín. Entiendo que no querían quitarle protagonismo a Kaori, pero estos extras interpretan las piezas exactas sin modificaciones, bien Kaori podía resaltar ante estos por si misma. Pienso que tal vez es una forma del estudio para ahorrar en tiempo y esfuerzo.
Otro punto fuerte que encuentro es el argumento. Nos muestra, a través de Arima, como es el mundo al que se ven sometidos los genios musicales. La soledad, la presión, la melancolía, las miradas y comentarios del público. Todo este mundo denso que los padres ponen en cima de los hombros de sus hijos cuando estos revelan un talento. Y basta con mirar los ojos de Arima, es muy evidente que este personaje encierra un pasado bastante turbio en cuanto a su destreza con el piano. Este Anime se preocupa por crear algo importante, por entregarnos una historia compleja y llena de emociones. Como mencioné anteriormente, es una esperanza que fue lanzada en octubre de este año y que bien vale la pena mirar.
Mi relación con el Anime se ha ido rompiendo con forme pasa el tiempo, tal situación ha avanzado tanto hasta el extremo de no querer ver ninguna serie nueva. En mi memoria perduran las imágenes imponentes y oscuras del Eva unidad 01, el terror de la Puerta de la Verdad abierta por Edward y Alphonse Elric, el perro de Alucard y el estado Mazoku de Yusuke Urameshi. No son historias perfectas pero, según las recuerdo, se le acercan mucho. Esta lejanía se debe a muchas razones qué algunos de ustedes han podido sentir con el lanzamiento en masa de series, ya sean cortas o largas. Con esto me refiero a la desbaratada historia de Naruto, la extrema censura de PUPA y el absurdo en que cayó Sword Art Online 2.
Tal vez el mundo ha cambiado y ya no desea historias complejas, series que quieran contar una historia sin enfocarse tanto en vender. No pienso en estas series anteriormente nombradas como una perdida total, —por algo han llamado tanto la atención al nuevo público— pero sí pienso en una disminución muy notable en cuanto a calidad argumentativa. Un anime debe poder sostenerse por si solo, lograr incrustarse en las memorias de quienes las siguieron con ansias. No pretendo realizar un análisis a fondo del nuevo Anime, ni mucho menos plantear una hipótesis sobre por qué este nuevo periodo falla. Mi intención es revelar una serie qué, sin querer exagerar, la pienso como una pequeña esperanza.
A modo de desafío, un compañero de la universidad me recomendó “Shigatsu Wa Kimi No Uso” afirmando que no todas las series nuevas son malas. Él sólo me dijo el nombre sin darme más detalles sobre con que me encontraría; acto que le agradezco mucho. En la mañana de hoy busqué la serie: ¿Qué es lo que veo? Me encuentro con una serie de colegiales, sí, y cuyo eje central es la música. Su opening me recuerda algo a los opening’s del 2008 que mezclan melodías acústicas con sonidos electrónicos pero que aun conservan toques del antiguo anime. Viendo esto comienzo a especular cómo se llevara acabo el argumento, la personalidad de sus protagonistas y los problemas que estos deberán afrontar a lo largo de la historia. ¡Pues no! “Shigatsu Wa Kimi No Uso” logra romper con esa predisposición y me engancha con su primer capítulo.
La serie se desarrolla (hasta ahora cuarto capítulo) en cuatro personajes muy interesantes. Un chico medio traumatizado por su pasado, su mejor amiga que pensamos tiene sentimientos por este, un amigo del deprimido cuya fama con las mujeres es demasiado amplia y una extraña chica que toca el violín. Arima es un joven de 14 años cuya relación con el piano le es impuesta por su madre desde muy joven. Pero esta lleva a su hijo a tal punto de no querer tocarlo jamás, pues debido a una crisis psicológica ya no puede escuchar lo que toca. Sawabe, Mejor amiga del protagonista, es como una especie de hermana mayor —definida así por Arima y ella misma— quien siempre está apoyando al joven pianista a lo largo de la historia. Watari es el Don Juan de la serie, siempre está saliendo con alguna chica, pues, es muy popular por su habilidad en los deportes, su personalidad carismática y su físico. Y por ultimo Kaori Miyazono, una violinista muy talentosa y rebelde a la hora de seguir las partituras ya que le gusta ser espontanea y seguir su instinto a la hora de interpretar un instrumento.
Los escenarios son muy detallados, iluminados y coloridos pero cuidan de no quitar atención a los protagonistas, el diseño de los personajes es algo típico, cuerpos delgados y rostros picudos, lo que resalto de estos son sus ojos y labios que buscan un mejor detalle sin afectar la estética sencilla de estos. La ambientación musical es armoniosa entre las circunstancias/escenarios/personajes. Me gusta el juego de los colores y la felicidad en contraste con la melancolía y los ambientes poco iluminados a los que se les atribuye a Arima.
Soy consciente que estos aspectos no son únicos, los hemos visto en muchos animes de la misma temática a lo largo del tiempo. Lo que si me llama mucho la atención es la perfección de la animación cuando los personajes ejecutan las canciones. Es sumamente sorprendente escuchar y apreciar como se mecen los cuerpos, en especial las manos sobre el piano y el diapasón del violín. Tal sensación me recuerda a las escenas del piano en “Evangelion Rebuild 3.33”. No solo hablo de la fluidez de los fotogramas y la digitación de los instrumentos, también me refiero a la expresión corporal de quienes interpretan las canciones. Cabe resaltar que este Anime no se centra en cualquier tipo de música, su eje central es la música clásica.
Escucharemos grandes piezas de Beethoven, J.S Bach, entre muchos grandes. Lo innovador es la parte de la improvisación, pues Kaori es la primera en ofrecernos una versión suya de “kreutzer” pieza de Beethoven. Ella, en un acto de rebeldía y genialidad, decide cambiar la partitura a conveniencia suya logrando una explosión de emociones. Esto no me lo esperaba. Algo que debo mencionar, es la animación de los extras, pues no se ven animadas sus ejecuciones con el violín. Entiendo que no querían quitarle protagonismo a Kaori, pero estos extras interpretan las piezas exactas sin modificaciones, bien Kaori podía resaltar ante estos por si misma. Pienso que tal vez es una forma del estudio para ahorrar en tiempo y esfuerzo.
Otro punto fuerte que encuentro es el argumento. Nos muestra, a través de Arima, como es el mundo al que se ven sometidos los genios musicales. La soledad, la presión, la melancolía, las miradas y comentarios del público. Todo este mundo denso que los padres ponen en cima de los hombros de sus hijos cuando estos revelan un talento. Y basta con mirar los ojos de Arima, es muy evidente que este personaje encierra un pasado bastante turbio en cuanto a su destreza con el piano. Este Anime se preocupa por crear algo importante, por entregarnos una historia compleja y llena de emociones. Como mencioné anteriormente, es una esperanza que fue lanzada en octubre de este año y que bien vale la pena mirar.
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